Biografía de Josep Pla
Josep Pla nació en Palafrugell (Baix Empordà) el 8 de marzo de 1897, en la casa n.º 49 de la calle Nueva. Hijo de Antoni Pla i Vilar y Maria Casadevall i Llach, era el mayor de cuatro hermanos. La familia Pla tenía una posición acomodada, y por eso los cuatro hijos pudieron estudiar. Josep Pla lo hizo de pequeño en la escuela de los hermanos Maristas de Palafrugell. Cuando tenía siete años, su familia se trasladó a una nueva casa, ya de propiedad porque en la otra vivían de alquiler, en la actual calle Torres Jonama.
Josep Pla estudió el bachillerato en el Instituto de Girona, y vivía interno en los Maristas de Girona. El último curso en el Instituto, se examinó por libre, sin haber ido a clase, porque había sido expulsado del internado. Cautivado por la belleza y monumentalidad de la capital gerundense, años más tarde, el escritor inmortalizó sus recuerdos de la ciudad en el libro Girona, un llibre de records (1952). Durante esta etapa, Pla demostró una intensa pasión por la lectura, empezó a hacer sus primeras tentativas literarias y colaboró en varias revistas locales.
Acabada la etapa del bachillerato, el autor se inscribió en la carrera universitaria de Ciencias en la Universitat de Barcelona, y empezó los estudios de Medicina, pero en mitad del curso dejó estos estudios y se matriculó a Derecho, aunque sin mostrar un excesivo entusiasmo. La vida universitaria no lo satisfacía, y encontró un ambiente más favorable a sus inquietudes en la tertulia de la Penya Gran del Ateneo Barcelonés, presidida por el doctor Joaquim Borralleras, donde conoció gran parte de la intelectualidad catalana del momento. Guiado en aquellos años por los consejos de Alexandre Plana, empezó a colaborar regularmente en Baix Empordà, y publicó textos –todavía inmaduros y excesivamente retóricos y artificiosos– en las revistas Alt Empordà, Camí, Ofrena y Cenacle.
Licenciado en Derecho, pero consciente de que no quería ejercer la carrera sino dedicarse a las letras, el 1919 empezó a dedicarse profesionalmente al periodismo, primero en Las Noticias y, al poco tiempo, en la edición nocturna de La Publicidad. A partir de abril de 1920 se convirtió en corresponsal en el extranjero de este diario, e inició un periplo que lo llevó a viajar por todo Europa como enviado especial en las principales ciudades europeas: París, Madrid, Londres, Génova, Roma, Estocolmo, Berlín... Viajando constantemente por Europa, en paralelo a las crónicas que enviaba en los diarios y revistas –colaboraba en La Publicitat, La Veu de Catalunya, D’Ací d’allà, El Sol de Madrid, El Día de Mallorca...–, no paraba de escribir prosas sobre los entornos donde vivía y sobre las cosas que observaba, con la voluntad de reunirlas en forma de libro.
Mientras tanto, tampoco se olvidaba de la realidad política de su país. En las elecciones de 1921 se presentó dentro de la lista electoral de la Liga Nacionalista del Baix Empordà, y fue escogido diputado a la Mancomunidad de Cataluña por su circunscripción. Unos años más tarde, ya durante la Dictadura de Primo de Rivera, fue procesado por un artículo crítico con el ejército español, y decidió exiliarse y vivir un tiempo en el extranjero. Continuó ejerciendo de corresponsal periodístico, e inició una relación sentimental con Adi Enberg, ciudadana noruega residente en Barcelona.
El 1925 fue un hito importante en la trayectoria literaria de Josep Pla: aparecieron sus dos primeros libros, en Edicions Diana: Coses vistes, con un gran éxito de crítica y público, y Rússia. Notícies de la URSS (Una enquesta periodística). Estos dos libros son exponentes de la prosa planiana: observación y descripción de la realidad más próxima, crónica viajera, rechazo aparente de la imaginación, fabulación a partir de hechos y personajes reales...
Después de nuevos viajes por Europa, el 1927 volvió a Cataluña. Abandonó La Publicitat y entró en la redacción del diario conservador La Veu de Catalunya, donde se puso bajo las órdenes del político y mecenas cultural Francesc Cambó. También colaboraba en otros periódicos y, tomado por “una diabólica manía de escribir”, publicó nuevos libros –Llanterna màgica, Relacions, Cartes de lluny, Cartes meridionals, Madrid. Un dietari, Madrid (L’adveniment de la República)...–, con los cuales se convirtió en uno de los escritores más relevantes en Cataluña.
Ante la inminencia del estallido de la guerra civil, abandonó Madrid, donde ejercía de corresponsal para La Veu. Ya iniciado el conflicto armado, huyó a Francia e Italia con Adi Enberg, que en aquellos momentos trabajaba por los servicios de espionaje franquistas. Durante la guerra, Josep Pla y Adi Enberg se establecieron en Francia e Italia, donde Pla trabajó a las órdenes de Cambó..
Finalizada la guerra, Josep Pla y Adi Enberg volvieron a España. Pla se convirtió en uno de los directores provisionales de La Vanguardia, pero al darse cuenta de la dureza de la represión de la dictadura franquista contra la cultura catalana, se instaló en Fornells, cerca de Begur. Se separó de Adi Enberg, e inició un proceso de redescubrimiento de sus orígenes, alejado de las convulsiones políticas del momento y de la efervescencia franquista que se vivía en las principales ciudades del país. Durante un tiempo, Pla prefirió el contacto directo y cotidiano con campesinos y pescadores, un retorno a las esencias del país. Por eso, se trasladó un tiempo a vivir a l'Escala y después en Cadaqués.
A partir de 1940, además de acumular prosas inéditas, empezó a colaborar en la revista barcelonesa Destino, con la sección “Calendario sin fechas”. Esta sección, que convirtió Josep Pla en un referente de la publicación y permitió al escritor mantenerse económicamente con el rendimiento de su pluma y fidelizar sus lectores, se mantuvo ininterrumpidamente hasta el 1976. Durante los primeros años de la década de los cuarenta, Pla también publicó varios libros en castellano (Historia de la Segunda República Española, Costa Brava (Guía general y verídica), Las ciudades del mar, Viaje en autobús, Humor honesto y vago, Viaje a pie...), con los cuales se reencontró con su público. A partir de 1946, momento en que Franco permitió publicar algunos libros en catalán, volvió a publicar libros en esta lengua: Cartes de lluny, Viatge a Catalunya, Cadaqués... Enseguida recibió una respuesta entusiasta del público, que lo convirtió en una figura de primer orden para las letras catalanas en un periodo de enormes dificultades para la supervivencia del idioma.
A partir de 1949 Josep Pla inició una estrecha colaboración con la editorial Selecta, que se concretó en la publicación de varios volúmenes, entre los cuales destacan El carrer Estret (premio Joanot Martorell de 1951), Girona, un llibre de records, Cartes d’Itàlia y las series de Homenots, entre otros muchos. Instalado finalmente en el mas Pla de Llofriu, Josep Pla alternó sus tareas como escritor con la de colaborador y reportero para la revista Destino, para la cual publicó numerosos reportajes fruto de viajes a puntos diversos del planeta. El autor a menudo hacía estos viajes a bordo de petroleros o lentos cargueros, que le daban el tiempo necesario para la lectura, la observación, la reflexión y la escritura. De esta época son los viajes en los Estados Unidos, Israel, América del Sur, el golfo Pérsico, el océano Índico, el Atlántico y lo Caribe, nuevos viajes por Europa...
El 1956, Josep Pla empezó su primer proyecto de obra completa en la editorial Selecta de Josep M. Cruzet, en la cual aparecieron veintinueve títulos. El 1962, debido a la prematura muerte del editor Cruzet, el proyecto quedó parado, y no se retomó hasta el 1966, cuando apareció en la editorial Destino El quadern gris, el primer volumen de la Obra Completa definitiva de Josep Pla.
Durante los años siguientes, no paró la avalancha de premios y reconocimientos, a pesar de las reticencias de algunos sectores progresistas y catalanistas de la sociedad catalana, recelosos a la figura de Pla debido a su actuación en los primeros años del franquismo y a algunas desafortunadas e incomprendidas declaraciones en el momento del restablecimiento de la democracia. Aun así, los nuevos volúmenes de la Obra Completa eran acogidos de forma muy favorable por la crítica y el público, y recibían numerosos premios y el reconocimiento y admiración de los miles de lectores de su obra.
Josep Pla murió el 23 de abril de 1981, fiesta de San Jordi, día de la fiesta de la rosa y el libro en Cataluña. Las más de 30.000 páginas de prosa catalana que constituyen los 45 volúmenes de la Obra Completa son el gran legado de Josep Pla a la cultura catalana, un monumento de la literatura catalana contemporánea y el punto de encuentro de una multitud de lectores que, todavía hoy, descubren por primera vez o continúan releyendo la literatura del autor de Palafrugell.